Los animales domésticos a veces son adoptados como una medida de mejora para el
ánimo del dueño, de esta forma, pueden llegar a ser recetados por familiares o
amigos como una terapia ante la soledad. Aunque, el problema acontece cuando son
utilizados como un medicamento con una utilidad que caduca cuando el dueño se
encuentra mejor.
Las cifras en los últimos años de animales callejeros son sorprendentes tal y
como apunta la página web "Affinity foundation". Sin embargo, no es solo un sitio el que lo reconoce, esta información es
pública y puede encontrarse con facilidad en los buscadores más conocidos,
como Google. Por estas razones hay quienes intentan por todos los medios
adoptar animales callejeros, pero, quienes no pueden lavan sus conciencias
alimentándoles y asegurándoles nutrición aunque no una vivienda con compañía.
Estas soluciones son muy dispares pues mientras que la primera soluciona el
asunto y puede provocar alegría en la vida del individuo así como del animal,
la segunda tan solo agrava la situación promoviendo que los animales
callejeros se alimenten de especies de la zona, desorganizando así la
diversidad del territorio. Además, darles de comer también favorece a que en
las calles proliferen las plagas como las cucarachas o las ratas debido a los
restos de comida de los que se pueden alimentar.
Por todo lo nombrado anteriormente, tener mascotas implica una gran
responsabilidad y seguridad por parte del dueño, pues debe garantizarles
durante su vida un hogar y unos buenos tratos. Del mismo modo, es
indispensable recordar la cantidad de daño que puede causar el propietario del
animal dejándolo solo, tanto a ese ser vivo como al resto de especies de su
entorno, pudiendo llegar a terminar con la muerte de su desamparada mascota o
con la de otros seres vivos de los que se pueda alimentar esta.
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